¿Cuál es el “Feminismo de la diferencia”?

Share This Post

Este es el post 1 de 2 de la serie “Feminismo de la diferencia”.

Un amigo en India me envió un número de artículos sobre el tema de la relación entre hombres y mujeres, para explicar por qué él apoyaba la postura igualitaria (mujeres y hombres son iguales en su ser y en su función).

Uno de los artículos, “Diferencias entre las posturas Complementarias e Igualitarias”, describe la distinción entre estos dos puntos de vista. Estoy agradecido por esta interacción y he pasado algún tiempo revisando los documentos.

En esta respuesta, estoy buscando claridad en vez de que lleguemos a estar de acuerdo. Es una vez que tenemos claridad cuando podemos ver si el acuerdo es posible. Estar de acuerdo sin claridad, es un acuerdo vacío.

He tenido interés en este tema por años. Me ha roto el corazón la manera en que se trata a mujeres y niñas por todo el mundo. Es importante que la iglesia se involucre, y es importante cómo se involucre también.

Primero, con un espíritu de apertura, después de años de estudio de la Biblia e intenso debate, he llegado a la conclusión de que la postura complementaria refleja mejor tanto la biología como la revelación bíblica.

Origen

Como ya hemos escrito en otra parte, El Feminismo de Primera Ola (también conocido como Feminismo Maternal) en el siglo XIX y alcanzando la década de 1920. Nació de la convicción o del recuerdo de la cosmovisión bíblica y de la cultura Trinitaria.

Feminismo de Segunda Ola (también conocido como Feminismo Moderno) empezó a manifestarse en la década de los 60 como un reto contra la cultura sexista global, enraizada en la mentira de que los hombres son superiores a las mujeres. Este sexismo perverso y cruel nace de la cultura pagana. Degrada a las mujeres y destruye la familia natural.

El feminismo moderno bendijo al mundo al retar a la cultura sexista. Las feministas hicieron lo que la iglesia debería haber hecho; tuvieron la valentía de retar el dominio de esta idea pagana en la cultura.

 

Pero el feminismo moderno no estaba operando desde la cosmovisión bíblica que reconoce a hombres y mujeres como iguales y diferentes, por la unidad y diversidad de Dios mismo. Más bien, este reto feminista vino de la cosmovisión del modernismo, un sistema que niega cualquier transcendencia femenina ni masculina. Las únicas diferencias son biológicas.

Ahora, impulsado por el postmodernismo, el feminismo se ha transformado en la Tercera Ola de Feminismo, caracterizada por el lenguaje y la acción de la Justicia Social.

Al principio del auge del feminismo moderno, 1970-1980, un grupo promovió lo que fue llamado Feminismo de la Diferencia (también conocido como Feminismo Esencial). Estos feministas reconocen las diferencias biológicas y fisiológicas entre hombres y mujeres. Por ejemplo, las mujeres son esencialmente más dadas al cuidado y a la crianza que los hombres. Aunque reconocían estas diferencias, estas feministas argumentaban que no se podía hacer un juicio de valor en las diferencias y que, de hecho, ambos géneros tenían el mismo estatus moral como personas.

Este concepto del feminismo es un puente natural al concepto bíblico de la complementariedad: los hombres y las mujeres son similares en muchas maneras, esencialmente diferentes en otras y, sin embargo, son iguales en dignidad, valor y estatus moral.

El Feminismo de la Diferencia perdió el debate.

Si los cristianos preocupados por la dignidad de la mujer hubieran participado en la lucha, habrían encontrado aliados naturales en el movimiento del Feminismo de la Diferencia. La marea del feminismo moderno podría haberse transformado en este punto. Pero a medida que el feminismo enraizado en la cultura atea materialista, creció en poder e influencia en la década de los 80, el movimiento se dividió en dos ramas: los “feministas de la igualdad” vs. los feministas de la diferencia. Estos últimos perdieron el debate, y el feminismo igualitario se afianzó.

El feminismo de la igualdad es un subgrupo del Feminismo de Segunda Ola. Pone su enfoque en las similitudes básicas entre hombres y mujeres. Su objetivo final es la igualdad e intercambiabilidad de mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida, incluyendo el político y el económico. Querían igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo y estar libres de estereotipos de género opresivos. Cuantas más mujeres salieran del hogar y entraran en el lugar de trabajo, mejor.

La cultura post moderna, manifestada en el movimiento de Justicia Social que hizo de puente entre los siglos XX y XXI, desafió el razonamiento binario y la realidad y, por lo tanto, la razón y la ciencia en general. Esto marca la transición del Feminismo de Segunda Ola, que negaba cualquier trascendencia masculina y femenina, a la Tercera Ola de Feminismo, que abandonó la biología y la psicología por completo. La ciencia fue descartada a favor de un mundo irracional e ilusorio que rechazaba las categorías binarias de hombre y mujer por una identidad andrógina de género.

La iglesia y el feminismo

La iglesia lideraba el camino cuando el Feminismo Maternal emergió. Más recientemente la iglesia ha estado siendo reactiva. Como iglesia en su momento no confrontamos la cultura sexista pagana, explicando la belleza y maravilla de la Trinidad de Dios. No proclamamos activamente la belleza de la relación binaria en el pacto del matrimonio de hombre y mujer. Los cristianos se unieron al partido al final cuando el debate entre el Feminismo Esencial y el Feminismo de la Igualdad estaba acabando.

A medida que el feminismo radical retumbaba en la década de los 80, la iglesia comenzó a examinar la cultura sexista arraigada dentro de ella misma. Mientras la iglesia se unía al debate, surgió una división entre aquellos que se posicionaron con los Feministas de la Igualdad y aquellos que se unieron, más tarde, con los Feministas de la Diferencia.

Mary Prides escribe,

A cada paso, las mujeres cristianas encontraban que sus roles biológicos, económicos y sociales eran considerados inútiles. El ministerio de los hombres, el dinero de los hombres, los edificios y programas de los hombres – éstas eran las áreas que importaban.

 

En 1984, un grupo de cristianos en Inglaterra formó la organización Hombres, Mujeres y Dios, para abogar por la posición igualitaria dentro la iglesia. Tres años después, en los Estados Unidos, una organización hermana fue fundada: Cristianos por la Igualdad Bíblica. Ese mismo año, en los Estados Unidos, se formó el Consejo sobre la Masculinidad y Feminidad Bíblicas. El CBMW está básicamente de acuerdo con el movimiento feminista Esencial/de la Diferencia. Estos Complementarianistas argumentaron que los hombres y las mujeres tienen diferencias esenciales e importantes que se complementan mutuamente, siendo iguales en dignidad y honor.

Son los argumentos que estos dos grupos representan, los que abordaremos en el próximo post.

Darrow Miller.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

¡No se pierda los próximos contenidos!

Suscribase a nuestro blog de ADN para seguir leyendo y reciba el mejor contenido en su correo.

Para leer