Hay un problema que no podemos ignorar

Las naciones, las comunidades, las familias y las personas están perdidas. Necesitan esperanza, sanidad y restauración.

La Iglesia existe para ocuparse de este problema, pero…

A menudo las iglesias locales tienen creencias teológicas erróneas y prácticas que les impiden ejercer el tipo de impacto profundo que Dios desea y que transforma comunidades y naciones.

UNA VISIÓN DE GRAN ALCANCE para las iglesias locales:

A medida que esta visión se hace realidad, anhelamos ver comunidades y naciones enteras transformadas:

TRANSFORMAR LA NACIÓN A TRAVÉS DE LA IGLESIA

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Enseñanza y desarrollo de contenido

Desarrollamos libros, materiales y planes de estudio relacionados con la transformación de la comunidad basada en la iglesia.

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Capacitación y Discipulado

Capacitamos y preparamos a los líderes de la iglesia que, a su vez, capacitan y preparan a otras personas, al poner en práctica lo que han aprendido.

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Establecimiento de una Alianza Global

Apoyamos y desarrollamos una alianza mundial de instructores, profesionales y organizaciones comprometidas con nuestra misión, verdades fundamentales y principios operativos.

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Apoyo a profesionales comunitarios

Brindamos apoyo estratégico y asesoramiento a los proyectos de discipulado comunitarios y modelos de transformación comunitaria con base en la iglesia.

¿Cuál es el objetivo supremo de Dios en la creación? ¿Será acaso salvar personas de todas las naciones por medio de la fe en Cristo? ¿Será plantar nuevas iglesias? ¿Será alimentar a los hambrientos? Todo eso es importante, pero no es el objetivo final de Dios. Estas cosas deben ser vistas como “medios” esenciales, no como fines. El objetivo final de Dios es que el conocimiento de Su gloria llene la tierra como las aguas cubren el mar (Hab. 2:14). Sin duda, este propósito supremo no se cumplirá plenamente hasta que Cristo regrese. Pero hasta entonces, y en base a su obra completa en la cruz, Jesús nos llama a orar y a trabajar, con Sus fuerzas, para hacer que su Reino avance “en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10). Dios no sólo tiene un plan de gran alcance para la creación, sino que tiene una estrategia para impulsarlo. Se trata de un proceso de transformación de adentro hacia afuera que tiene cinco pasos específicos y secuenciales.

El punto de partida primordial de toda transformación social duradera comienza con la regeneración espiritual de los corazones y las mentes humanas. Mediante el poder transformador del Evangelio, los individuos “nacen de nuevo” como “nuevas criaturas” (Juan 3:3; 2 Cor. 5:17) llenas del Espíritu Santo, capacitados para hacer la voluntad de Dios (Jer. 31:33, 34).

Una vez que las personas han nacido de nuevo, el proceso de transformación continúa, de manera intencional, por medio de un entrenamiento que los haga asemejarse a Cristo. Un aspecto esencial de este entrenamiento es el discipulado a nivel de la cosmovisión. Los nuevos creyentes deben ser transformados mediante la renovación de sus mentes (Rom. 12:2). Esta transformación ocurre cuando los creyentes “llevan cautivo todo pensamiento para que someta a Cristo” (2 Cor. 10:5).

Los corazones y las mentes renovadas conducen naturalmente a cambios en el estilo de vida y el comportamiento. El carácter se renueva, las virtudes bíblicas adquieren forma corporal y el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22, 23) se convierte cada vez más en un estilo de vida natural.

A partir de aquí, la transformación comienza a extenderse a la esfera social. La primera, más básica y más importante esfera social es la familia. Cuando los esposos procuran obedecer a Dios en el matrimonio, ellos y sus hijos son bendecidos. Esta clase de padres discipula a sus hijos para que sean la “descendencia santa” que nuestro Señor desea (Mal. 2:15). Los preparan de manera cuidadosa para que ejerzan un dominio santo en toda la comunidad.

A su debido tiempo, a medida que las sucesivas generaciones asumen puestos de influencia en las diversas esferas de la sociedad, estas áreas son reformadas y reflejan cada vez más el conocimiento y la justicia de Dios. Cuando esto sucede, la nación es bendecida, es discipulada.

“Luego de asistir a una Conferencia de Visión de ADN en Ghana en 1999, dejé mi carrera como empresario y me convertí en instructor de DNA a tiempo completo. A la larga, me convertí en el líder de la red de capacitación de ADN de África Occidental, conocida como Estrategia Samaritana África. Hasta la fecha, más de 30 mil pastores y líderes de África Occidental han sido capacitados para ejercer un ministerio integral en sus comunidades sobre la base de una cosmovisión bíblica”.
Chris Ampadu
President, Samaritan Strategy Africa