Hay un destello de esperanza atravesando cada nube que surca los cielos, si somos capaces de verlo,” Katty Macane.
El virus de la pandemia prosigue su destructivo avance por el mundo, trayendo sufrimiento físico, económico, psicológico y social a individuos, familias, comunidades y naciones. No conoce barreras de raza, sexo, nacionalidad o condición económica. La gente pasa hambre, las infraestructuras médicas se colapsan, los negocios cierran, algunos para no volver a abrirse nunca. Las economías se derrumban y las libertades religiosas son ignoradas. Hay gente muriendo sola, a cuyos seres queridos se impide que estén con ellos.
A un nivel más personal, en dos comunidades rurales pobres de Honduras, donde mi esposa ha ido y ministrado durante 18 años, la gente está pasando hambre y las instalaciones médicas se derrumban.
En medio del coronavirus, ¿hay alguna esperanza?
Cuando yo era niño, siempre que mi familia padecía algún evento doloroso, mi madre decía siempre: “¡Darrow, esto también pasará!”. Yo ponía los ojos en blanco, pero desde entonces he llegado a ver la sabiduría de las palabras de mi madre. El Covid-19 pasará. Para quienes lo hayan vivido, será algo del pasado.
La mascarada Comus, de John Milton, escrita en 1634, hablaba de la “línea de plata”, la luz de la luna brillando desde detrás de una nube.
¿Me engañé, o una nube color sable [negro]
reveló su brillo de plata en medio de la noche?
El brillo de plata significa que, en medio de las tinieblas de la desesperación, aún brilla un destello de luz, un destello de esperanza; lo malo pasará. En medio de la tormenta, algo bueno llegará.
Un destello de luz antiguo
Una potente ilustración de esta verdad es la historia de José. Años después de haberlo vendido como esclavo, sus celosos hermanos afrontaron su culpa. Pero José les perdonó: “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20). Lo que los seres humanos pueden pretender hacer para mal, Dios puede convertirlo en bien. ¿Podría la negligencia benigna, o las malas intenciones, del Partido Comunista Chino liberando este virus sobre el mundo, ser usado de algún modo para bien?
El apóstol Pablo expresa una comprensión similar: “Y sabemos que todas las cosas cooperan para bien de los que aman a Dios, de los que son llamados conforme a su propósito” (Romanos 8:28). El Dios que ordenó que el universo existiera de la nada, que convirtió el agua en vino, que levantó a Cristo de entre los muertos, es capaz de convertir las malas intenciones del hombre en bien.
Los brillos de plata, de luz en medio de una tormenta, no disipan las nubes, pero indican que algo bueno vendrá después de la tormenta.
¿Hay algún rayo de luz en esta pandemia? ¡Sí! El “mal natural” no puede eliminar el bien que ha venido de ello.
¿Qué luces podemos empezar a ver? Mi amigo Dwight Vogt escribió sobre una en Dads with Kids Riding Bikes (en Inglés), y nuestro amigo Ayoub Kdimy en Marruecos escribió de otra en Coronavirus: An opportunity to Reflect.(también en Inglés).
Como indicaba Dwight en su artículo, las familias están pasando más tiempo juntas. Están paseando juntas, yendo en bicicleta, compartiendo hobbies. Las madres están cocinando con sus niños. Mi esposa fue a comprar rompecabezas que montar con nuestro nieto, solo para descubrir que en las tiendas no quedaban rompecabezas. Las familias están aprendiendo a ser familias de nuevo. Esto es un rayo de esperanza.
Maternidad, vecindario y educación
La doctora Laura Schlessinger, una psicóloga formada en consejería matrimonial y familiar, ha señalado que muchas de las mujeres que la contactan pidiendo consejería están redescubriendo la maternidad. Antes, habían aceptado la mentira moderna del feminismo de que una mujer puede tenerlo todo a la vez, como madre y como profesional de carrera. Pero a la hora de la verdad, la carrera acababa tomando prioridad sobre los hijos. Con el parón económico, estas mujeres se encuentran sin sus trabajos de carrera y, en su lugar, están en casa con sus niños. Están descubriendo que sus hijos las necesitan, y ellas a sus hijos. Están experimentando la gloria de la maternidad en la era del coronavirus. Este es un rayo de esperanza en la tempestad del coronavirus.
Nuestro vecindario ha florecido con mensajes de esperanza. En mis paseos diarios he descubierto mensajes escritos con tiza entre familias. Signos de esperanza y coraje en pliegos de papel aparecen en las puertas de los garajes. Quizá lo más divertido sean las pequeñas piedras pintadas de colores brillantes y colocadas en lugares estratégicos por el vecindario. Los hermosos colores y las palabras de “esperanza”, “amor”, “fe” o “valentía” son recordatorios de las virtudes necesarias en estos días del coronavirus.
Otro brillo de plata en la oscura nube es el auge de la educación en casa. Los padres están participando directamente en la educación de sus hijos, y descubriendo que a sus hijos se les enseña evolucionismo. Están descubriendo que la educación guiada por el estado está más orientada a las necesidades de los profesores y los administradores, que a las de los estudiantes. Ven que a sus niños se les está enseñando a someterse a los dictados del estado, en lugar de estarles preparando para pensar de forma crítica y creativa, para ser ciudadanos virtuosos de una nación libre que se gobiernen a sí mismos.
Saliendo de nuestros atolladeros
Una grieta está creciendo en el monopolio de las escuelas dirigidas por el estado. De acuerdo a la columna de Opinion de RealClear,
Una encuesta nacional a 2.122 votantes registrados reveló que hay un gran apoyo al derecho de elegir la educación, y que es probable que una proporción significativa de padres procure tener oportunidad de educar en casa después del fin del confinamiento. Los resultados muestran que el 40% de las familias están más dispuestas a educar a los niños en casa o con clases virtuales tras los confinamientos, y que un 64% apoya la elección de escuela, con un 69% apoyando la propuesta federal de Becas para la Libre Educación.
Otro destello de plata: estamos escapando de nuestros atolladeros. Mucha gente ha perdido su empleo, por ejemplo. Algunos han pasado años haciendo trabajos poco estimulantes y poco satisfactorios. Pero perder sus empleos les ha dado una oportunidad de pensar en quiénes son y por qué están aquí. ¡Lo que había sido un lujo, el tiempo libre, se ha convertido en su realidad! Pueden escuchar a su Creador y descubrir sus llamados.
Algunos rayos de esperanza son visibles a nivel global. Las naciones están trabajando unidas en la investigación para entender el virus y cómo tratarlo. A medida que el mundo une fuerzas, están apareciendo tratamientos y curas en tiempo récord.
Renovado aprecio por obreros y empresarios
Hay también un nuevo reconocimiento de la dignidad de las personas que trabajan con las manos, combinado con el reconocimiento de que la manufactura, especialmente de bienes esenciales como el equipo médico y farmacéutico, debe devolverse a nuestro país.
Una reducción de las regulaciones burocráticas ha creado un nuevo espíritu hospitalario para que los empresarios sueñen nuevos sueños y creen nuevas empresas.
Por último, considera la miríada de buenas obras de desconocidos ayudando al prójimo y a aquellos particularmente vulnerables. Esto se complementa con el coraje y el sacrificio propio de los equipos de primera respuesta. ¿Cuántos enfermeros y médicos han enfermado, algunos incluso muerto, mientras atendían a pacientes de coronavirus? Los miembros de equipos de primera respuesta son una especie notable. Soy especialmente consciente de esto, ya que mi hija es doctora de urgencias y su marido es paramédico. Ambos han tratado a víctimas del virus, y declaran como un hecho que es probable que lo contraigan.
Es maravilloso ver estos rayos de esperanza en la era del coronavirus.
¿Qué brillos de plata puedes ver en medio de la tempestad del coronavirus? ¿Cómo puedes contribuir para ser parte de quienes transmiten esperanza en tu comunidad?