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Al hablar con jóvenes, a menudo menciono el papel que tiene el artista en moldear la cultura. La gente siente curiosidad por lo que quiero decir, por lo que comienza una discusión sobre el concepto del baladista. Procuro hacer distinción entre los artistas que usan su arte para la adoración o el evangelismo, y los que hablan proféticamente en la plaza pública. El trabajo de los artistas en el primer grupo es ampliamente aceptable en los círculos cristianos. El segundo tipo de artista es prácticamente desconocido para la iglesia.

Por lo general, surge la pregunta: “¿Qué quieres decir con baladistas?”.

Una balada es una historia, un poema narrativo o “cuento moral”, acompañado de música. La palabra “ballad” en inglés se deriva de la balladée o ballade medieval francesa, que significa “canción bailada”. Nuestro término “ballet” tiene la misma derivación.

Las baladas se hicieron populares en las Islas Británicas al final del periodo medieval, y siguieron siéndolo hasta el siglo XIX. Se usaron por toda Europa y el norte de África, y América del Norte y del Sur. Los trovadores que cantaban las baladas y los actores que interpretaban obras morales eran conocidos como baladistas.

Esta palabra ha quedado fuera de uso común, pero yo la empleo para hacer un llamado a los artistas cristianos contemporáneos a usar sus dones para hablar proféticamente a la cultura, para discipular a su nación. (Para más detalles sobre esto, lea mi artículo en inglés Cosmovisión y Arte: Un Llamado a los Baladistas).

Cuando hablo de un baladista, tengo varios elementos en mente.

Primero, estoy hablando de un cristiano. Obviamente, muchos baladistas son no cristianos. Pero aquí me estoy refiriendo específicamente a seguidores de Cristo.

En segundo lugar, me refiero a un artista cristiano. Ya sea un novato o un profesional, es alguien que se está tomando su arte en serio. Puede ser un poeta, cantante/compositor, pintor, bailarín, cineasta, etc.

Un baladista critica la cultura popular en lugar de imitarla.

Tercero, es un cristiano que está pensando, conscientemente, desde una cosmovisión bíblica. Esto es distinto de una persona cuya mente esté marcada por la división sagrado/secular. Los cristianos que no piensan intencionalmente desde una cosmovisión bíblica funcionarán, subconscientemente, desde una perspectiva moderna o posmoderna.
Cuarto, es un artista cristiano que habla “proféticamente” a la cultura. Es decir, no prediciendo el futuro, sino declarando verdad y virtud en el foro público, un narrador de historias comunicando una historia moral. No se trata de un consumidor ni un imitador de la cultura contemporánea, ni un cristiano que utiliza su arte con fines relativos a la religión como la adoración o el evangelismo. Necesitamos las artes en la adoración y el evangelismo, pero eso no es lo que estamos describiendo.

Un baladista es un artista cristiano que hace una crítica a la cultura, hablando proféticamente en el foro público. Es alguien que dirige un movimiento de reforma, creando una cultura que refleja el reino de Dios. Un ejemplo es J.R.R. Tolkien. Él se consideraba un creador secundario que buscaba, conscientemente, representar al Creador Primario y reflejar la creación primaria (la realidad) en sus creaciones secundarias (como sus novelas).

Quinto, es alguien que piensa profundamente y, por lo tanto teológicamente desde las Escrituras. La mente y el corazón de un baladista están saturados de verdad, belleza y bondad, no simplemente de emociones.

Sexto, es un artista cristiano que está en un camino hacia la excelencia en su forma de arte. La gente se siente atraída por la excelencia en el arte, pero muchos artistas excelentes en su arte están creando mensajes destructivos. Un seguidor de Cristo puede crear mensajes que guíen a la vida, en lugar de a la muerte. Pero alcanzar la excelencia en su arte debe ser el objetivo de todo artista cristiano.

Si vemos cada uno de estos elementos como círculos que se superponen, el baladista es la persona que ocupa el espacio de la intersección.

¡Los movimientos necesitan baladistas! La reforma de la cultura necesita a aquellos que tengan el coraje y el talento para hablar verdad al poder a través de su arte.

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