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Por Darrow Miller • 10 de Agosto de 2020

Esta es la entrada 5 de 10 de la serie “Black Lives Matter”, publicada originalmente en Inglés.


El racismo modernista se basa en lo físico: el color de la piel y los rasgos faciales. En el postmodernismo, la raza se basa en la ideología, de ahí surge el concepto de “ser blanco”.

El Museo Nacional Smithsonian de Historia y Cultura Africanas –NMAAHC por sus siglas en inglés– tiene una herramienta de enseñanza online basada en la Teoría Crítica de la Raza, titulada “Talking About Race” (“Hablando Sobre Raza”) que dice: “El ser blanco, y la identidad racializada blanca, se refiere a la forma en que la gente blanca, sus costumbres, cultura y creencias, actúan como el estándar frente al que se compara a todos los demás grupos.”

El curso incluye un panel titulado “Aspectos y Presuposiciones de la Cultura Blanca en Estados Unidos”. El panel resume qué es “la blanquitud” y sus supuestos defectos. Entre estos están:

  • La importancia de la responsabilidad individual y personal.
  • La familia natural o “nuclear”, compuesta por un padre, una madre y sus hijos.
  • El pensamiento objetivo. Es decir, la búsqueda de la verdad mediante la ciencia y el raciocinio.
  • La dignidad del trabajo y el emprendimiento.
  • El postergar la gratificación

 

 

Entonces, si estos son los defectos de ser blanco, ¿son sus opuestos las virtudes de no serlo? Si el trabajo duro es un defecto, ¿es la pereza una virtud? Si postergar la gratificación es un vicio, ¿es el buscar la gratificación instantánea una virtud? Si la familia natural o nuclear es un defecto, entonces las familias rotas y las familias no binarias deben ser lo virtuoso. ¿Si la responsabilidad personal es un defecto, es la negligencia lo virtuoso?

¡Me parece que no! Y si todo lo que se atribuye a otras razas es esto. ¿Hay algo más racista que esta perspectiva y su forma de mirar a los racializados? ¿Ser negro quiere decir que uno es inevitablemente una víctima, incapaz de utilizar los dones que Dios le ha dado? ¡No! Esta idea es degradante, y priva a quien en realidad es portador de Su imagen, de dignidad, de mérito, valía, oportunidad, etc. Determina que la vida de la persona negra solo es buena si OTROS hacen por él. Una vez más, esto rechaza el mandato dado por Dios a TODOS los que están hechos a Su imagen. Quienes han abrazado la verdad de ser imagen y semejanza de Dios, han hecho cosas asombrosas con sus vidas. Piensa en gente como George Washington Carver, Harriett Tubman y Sojourner Truth.


¡Las “virtudes blancas” se originaron en Oriente Medio!

Estos defectos y virtudes no tienen nada que ver con ser blanco o negro. Tienen todo que ver con una mentalidad cultural, o cosmovisión. Tu cosmovisión determina, no sólo cómo ves el mundo, sino cómo crees que funciona, y el tipo de comunidades y naciones que acabas construyendo. Una cosmovisión es un conjunto de ideas, una forma de pensar que puede tener o tomar cualquier persona de cualquier raza. No tiene nada que ver con la pigmentación de la piel.



Las ideas y virtudes que el Museo Nacional de Arte y Cultura Afroamericana (NMAAHC por sus siglas en Inglés) identifica como “blancas” nacieron en Oriente Medio, en una familia semita que hablaba un antigua lengua afroasiática. El “patriarca” de esta familia era probablemente un varón de piel marrón, de Ur de los caldeos, lo que hoy en día es Irak, no muy lejos del Golfo Pérsico. El antiguo nombre de este hombre era Abram, más tarde Abraham, el padre de los antiguos pueblos judío y árabe.


Los judíos dotaron al mundo de virtud

Los judíos abandonaron a las deidades tribales y los altares familiares de sus ancestros. Se arrepintieron del animismo y se volvieron al único Dios verdadero. Su concepto de la realidad fue transformado. Eso les cambió, y no solamente a ellos. Cambió el mundo para siempre. En su libro Los Dones de los Judíos, el historiador Thomas Cahill advierte:

Los judíos nos dieron todo un nuevo vocabulario, un Templo del Espíritu completamente nuevo, un paisaje interno de ideas y sentimientos que jamás se había conocido antes. Debido a esta creencia únicamente suya, el monoteísmo, los judíos pudieron ofrecernos el Gran Todo, un universo unificado que tiene sentido y que, debido a su evidente superioridad como cosmovisión, sobrepasa completamente al fenómeno en conflicto y contradictorio del politeísmo. Ellos nos dieron la Conciencia de Occidente. …

Los judíos nos dieron el Exterior y el Interior; nuestra perspectiva y nuestra vida interior. Difícilmente podemos levantarnos por la mañana o cruzar la calle sin ser judíos. Soñamos sueños judíos y nuestras esperanzas son judías. La mayoría de nuestras mejores palabras, de hecho (nuevo, aventura, sorpresa; único, individual, persona, vocación, tiempo, historia, futuro; libertad, progreso, espíritu; fe, esperanza, justicia) son regalo de los judíos.

Si las personas, comunidades y naciones han de florecer, esta perspectiva es críticamente importante. Es un capital metafísico, un esquema de pensamiento que refleja la realidad. La verdad hace libres para prosperar a las personas y las naciones. El capital metafísico es más importante que el capital físico en la prosperidad de las naciones.

Estas ideas y virtudes representan la mentalidad trasformadora del monoteísmo, de la que fueron testigos originalmente los antiguos judíos en la Torah, y más tarde los seguidores de Jesucristo. Lo que el NMAAHC ha llamado vicios blancos, no tienen nada que ver con el color de la piel. Son ideas que han sido abrazadas por personas de todo el mundo, de todas las pigmentaciones y grupos étnicos.


El nuevo racismo promueve el pensamiento racista

La visión postmodernista del racismo tiene su base en una ideología: la Teoría Crítica de la Raza. Esta proviene del ateísmo, una cosmovisión muy distinta del teísmo judeocristiano, y que es definida por grupos de ideas y virtudes muy diferentes. Estas ideas están trayendo un cambio de dimensiones cósmicas al mundo occidental. Mientras pretenden estar en contra del racismo de los nazis o los neonazis, constituyen de hecho una nueva forma de racismo, un odio por las personas que sean blancas. En definitiva, la nueva forma de racismo es un odio contra un grupo de ideas nacidas en el antiguo Oriente Medio, que han hecho más por traer prosperidad a las personas de todo color de piel y todo grupo étnico que ningún otro sistema.

Como resultado, personas de color como los brillantes economistas Thomas Sowell y Walter Williams, el juez del Tribunal Supremo Clarence Thomas, y los comentaristas culturales Larry Elder y Candace Owens, que abrazan esas ideas, son considerados “tíos Tom” y traidores a la comunidad negra. Son ignorados o incluso “borrados” por quienes están en la prensa y por los círculos académicos y políticos. ¿Por qué? Porque estos hombres y mujeres son librepensadores que desafían la narrativa de la Teoría Crítica de la Raza y de BLM.

Joe Biden, el candidato designado para la nominación demócrata para ser presidente (N. del T.: este artículo fue escrito con anterioridad a las elecciones presidenciales de 2020) declaró en un popular programa de debate radiofónico: “Si tienes algún problema identificando si apoyarme a mí o a Trump, es que no eres negro”.

Aunque Biden se disculpó más tarde por este comentario increíblemente racista, este es un reflejo de la narrativa de que para ser negro debes pensar de cierta manera, y debes votar a un partido político en particular.

La raza ha pasado de ser biología a ser ideología.

Los “antifascistas”, ejemplificados por Black Lives Matter (la organización) son los nuevos racistas. Segregan a las personas en clases de víctimas cada vez más y más limitadas, y declaran que todas las personas blancas, por ser blancas, son racistas.

  • Darrow Miller

    Traducción por Fiorella M. Faustor y el equipo de @impactspain

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